201 Ma
Cuarta extinción masiva
Al final del Triásico, ocurre la cuarta extinción masiva, asociada al inicio de la fragmentación del supercontinente
Pangea. La apertura del océano Atlántico Central generó una fuerte actividad volcánica, liberando CO2 en la atmósfera, aumentando la temperatura global de la Tierra por efecto invernadero y acidificando los océanos. Esta extinción no fue un evento catastrófico, más bien, fue una serie de eventos prolongados durante los cuales desaparecieron un 30-40% de especies marinas (principalmente corales, esponjas, bivalvos y ammonoideos), y parte de los vertebrados terrestres (grandes anfibios, la mayoría de los terápsidos -excepto la línea que evolucionó en los mamíferos-, y parte de los arcosaurios, excepto los dinosaurios y cocodrilomorfos). La extinción de más de la mitad de las especies vivas permitió abrir nuevos nichos para los dinosaurios, lo que explica que hayan prosperado durante el Jurásico.