A causa del alto contenido de gas carbónico en la atmósfera en esa época, las lluvias que llenaron los océanos eran ácidas. También, dada la baja cantidad de oxígeno disponible, los minerales de las rocas al alterarse en contacto con el agua liberaban una forma no oxidada de hierro, entregándole un color verde a los océanos.
A causa del alto contenido de gas carbónico en la atmósfera en esa época, las lluvias que llenaron los océanos eran ácidas. También, dada la baja cantidad de oxígeno disponible, los minerales de las rocas al alterarse en contacto con el agua liberaban una forma no oxidada de hierro, entregándole un color verde a los océanos.