Atmósfera similar a la actual
La atmósfera actual, además de vapor de agua, está compuesta de 21% de oxígeno, 78% de nitrógeno, 0.9% de argón y 0.04 % de dióxido de carbono. Se estima que, al final del Proterozoico, mostraba al menos 15% del nivel de oxígeno actual.
Aunque la composición de la atmósfera pasada no se puede medir directamente, se puede estimar a partir de minerales proxies que indican el estado de oxidación del océano. Al final del Proterozoico, la concentración de O2 en la atmósfera aumentó rápidamente (dependiendo de los modelos, alcanzó niveles del orden de 3 a 25%), como consecuencia de la formación de altas cadenas montañosas por colisión tectónica. Este evento aumentó la tasa de meteorización de las rocas y el flujo de nutrientes hacia los océanos, resultando en mayor actividad fotosintética y, al mismo tiempo, permitió el enterramiento rápido del carbón orgánico, impidiendo el consumo de O2 por respiración aeróbica.
Aunque la composición de la atmósfera pasada no se puede medir directamente, se puede estimar a partir de minerales proxies que indican el estado de oxidación del océano. Al final del Proterozoico, la concentración de O2 en la atmósfera aumentó rápidamente (dependiendo de los modelos, alcanzó niveles del orden de 3 a 25%), como consecuencia de la formación de altas cadenas montañosas por colisión tectónica. Este evento aumentó la tasa de meteorización de las rocas y el flujo de nutrientes hacia los océanos, resultando en mayor actividad fotosintética y, al mismo tiempo, permitió el enterramiento rápido del carbón orgánico, impidiendo el consumo de O2 por respiración aeróbica.